El talento de convertir cualquier lugar en escenario

Esta iniciativa recibió el Estímulo de la Secretaría de Juventud de la Alcaldía de Medellín y consiste en compartir 9 sesiones de 4 horas cada una, 3 sesiones de entrenamiento intensivo, y una muestra final para mostrarle al público todo lo aprendido.

Tiene la mirada arriba en un punto fijo, mientras por sus manos pasa una bola negra, una roja, y otra negra, una y otra vez, sin dejarlas caer, con una sonrisita de satisfacción por mantenerlas en el aire, sin tocar el suelo. 

 

Lleva unas pocas clases, al frente del coliseo de lucha de la unidad deportiva Atanasio Girardot, aunque sale del colegio a las 2 de la tarde, espera 2 horas más con paciencia la clase abierta del club juvenil de Malabarismo Deportivo que con su iniciativa ofrece clases gratuitas para los integrantes de otros clubes y para los que quieran hacer parte de esta experiencia. 

 

Esteban Vélez del Club Malabarismo Deportivo, cuenta que ahora están en Clubes Juveniles con la idea de mostrar esta práctica en diferentes espacios deportivos y sociales, llevar la idea de la disciplina, del acceso al deporte, de la cultura y recreación, es una forma de inclusión social y afirma que implica el trabajo en equipo y la buena condición física. 

 

Cada que las personas que van y vienen por el corredor donde entrenan siempre hay algunos que se detienen a observar, miran y sonríen, señalan e imitan con las manos los movimientos que ven en los 3 instructores y sus estudiantes. Por un momento, el afán del día se suspende en el aire como las esferas del malabarista, como los diabolos que giran entre cuerdas, o las clavas que pasan de mano en mano, que flotan con voluntad propia,  como un pequeño circo de personas comunes y corrientes que atraen y sorprenden por estas nuevas habilidades en este espacio que tiene su tradición. 

 

Dice Esteban Vélez que “Históricamente los malabaristas del Valle de Aburrá vienen aquí y entrenan, aquí han hecho espectáculos, festivales de circo, y decidimos hacerlo acá para seguir con este proceso. Hemos visto un impacto en los jóvenes, sobre todo en los menores de edad muy chévere, han pasado muchos, unos se han quedado, otros llegan cuando pueden, y aquí, es algo como curioso, se conoce que el sector tiene problemáticas sociales, entonces ver al niño que está haciendo una actividad deportiva, cultural, y que no esté con esas problemáticas es algo que nos llena a nosotros como colectivo.”

 

Esta iniciativa recibió el Estímulo de la Secretaría de Juventud de la Alcaldía de Medellín y consiste en compartir 9 sesiones de 4 horas cada una, 3 sesiones de entrenamiento intensivo, y una muestra final para mostrarle al público todo lo aprendido. Con el apoyo recibido, pudieron acceder a materiales de trabajo para enseñar el malabarismo deportivo, como los diabolos, las clavas o bolos y las bolas, de especificaciones técnicas adecuadas para este deporte. 

 

“Es una disciplina que requiere tiempo, que se puede con entrenamiento, con disciplina y constancia, se puede tener buenos resultados, y eso es lo que tenemos para ofrecerle a la comunidad”, cuenta Esteban Vélez. 

 

El malabarista nunca está solo, siempre hay alguien que lo mira, siempre hay alguién a quién ofrecerle su habilidad, siempre hay la oportunidad que uno más uno sean muchos más que dos, que sean comunidad dispuesta a hacer algo nuevo y distinto, y que tienen el talento de convertir cualquier lugar en un escenario. 

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