Educándonos unos a otros

La relación profesor - alumno ha venido cambiando con el tiempo y ha pasado de ser una comunicación unidireccional o vertical a un intercambio se saberes donde todos los implicados en pueden nutrirse de los conocimientos de los otros.

 

En pleno siglo XXI todavía es común ver que en muchas escuelas los procesos de enseñanza no son desde el diálogo, en el sentido que muchos docentes asumen con respecto al estudiante una relación de poder vertical y unidireccional, vertical en el sentido de que solo él determina las acciones que se deben seguir en los procesos de enseñanza-aprendizaje, es decir se hace lo que el docente manda y el estudiante debe obedecer así no esté de acuerdo, en caso a que se oponga “lleva las de perder” “esta última frase es dicha por los estudiantes constantemente y unidireccional por que el estudiante no tiene derecho a opinar. En esta relación el maestro cree que es quien posee el conocimiento genuino y, así mismo, cree conocer la manera más efectiva de transmitirlo, de realizar una transposición para convertir ese saber suyo en saber del alumno. Cuando un docente piensa que ya sabe a la perfección los elementos (conocimientos pedagógicos y del área o áreas específicas que enseña, está desconociendo que la adquisición de conocimientos y saberes es un proceso gradual en el cual cada vez se puede hacer una mayor profundización de él, además se está desconociendo que el conocimiento es cambiante y los que hoy es mañana puede no serlo o puede tener otras características que no se conocían, o mejor aún descartar algunas que se conocían como válidas. Si un docente cree que todo lo sabe, no evalúa lo que hace porque está convencido de que todo lo sabe y esto lo ubica en una posición de poder con respecto a sus estudiantes llevándolo a no validar los saberes que tiene los estudiantes. Gran error cuando pensamos que nuestros estudiantes no saben y que tiene que aprender los que nosotros le vamos a enseñar En relación con lo anterior la realidad muestra que muchos de los profesores no preparan las clases, llegan a improvisar. Los estudiantes entonces nos convertimos como en unos súbditos que deben acatar normas como muestra de respeto por el maestro, por ser éste un individuo formado, que sabe lo que se debe enseñar y lo que se debe aprender (pues no necesariamente aprendemos lo que nos es enseñado, ni se nos enseña lo que realmente aprendemos). Sabemos que no es fácil crear un ambiente óptimo en el que profes y estudiantes puedan cumplir lo que plantea un currículo de forma motivadora, en el que los estudiantes nos sintamos verdaderamente partícipes y el docente respete y promueva este espacio. Mientras el alumno y el profesor estén convencidos de que hay uno que sabe y otro que no sabe, y que el que sabe va a ilustrar al que no sabe, sin que el otro, el alumno, tenga un espacio para su propio juego, su propio pensamiento y sus propias inquietudes, la educación es un asunto perdido, como nos dice Estanislao Zuleta Un docente puede enseñar no solo el conocimiento de su área, sino que además nos puede enseñar valores como el respeto, la responsabilidad, la honestidad, el esfuerzo que se requiere para hacer aprendizajes, la humildad, entre otros. Pero también los estudiantes podemos enseñarle a los profes muchas cosas, como que cada uno somos un mundo único con nuestra forma de ser pensar y actuar, con una historia de vida única que enmarca y determina nuestra manera de ser, podemos enseñar cómo hacer una clase que valga la pena y que genere verdaderos aprendizajes; cómo hablar frente a un grupo para que su hablar cale en los pensamientos nuestros, nos podemos enseñar unos a otros cosas de la vida cotidiana, que es conocimiento para mejorar, para resolver conflictos para compartir aptitudes y habilidades acompañándonos en este caminar de manera efectiva y afectiva. Cuando los estudiantes nos sintamos que no somos solo los que aprendemos, sino que el profe también está aprendiendo de nosotros, se genera una relación de horizontalidad en la que ambas partes generan un proceso de comunicación que permite generar espacios de enseñanza – aprendizajes asombrosos. Gracias Profe Falner por invitarnos a aprender unos de otros día a día.

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